En 1998 la DYA apostó por proporcionar a las víctimas de tráfico que había atendido, una continuidad en su asistencia, centrándose en concreto en aquellos postraumatizados que, habiendo sido tratados de problemas físicos, presentaban otras secuelas de carácter psicológico y anímico que en muchos casos no estaban en consonancia con la gravedad de las lesiones sufridas.
Así, que ese mismo año comenzó a enviar un ofrecimiento de ayuda psicológica gratuita a todas las víctimas atendidas por sus ambulancias, así como a sus familiares y allegados.
En la actualidad, este departamento de la DYA también ofrece apoyo psicológico en grandes catástrofes, operativos de protección civil, búsqueda y rescate… y se encarga también de realizar evaluaciones periódicas de los intervinientes.